El otro día, me topé con un tuit que me alegró la tarde. Era un pequeño fotomontaje con 4 green flags de gente que pasea perros: o sea, cosas muy bien hechas. Las fotos, por orden: pasear con arnés, llevar premios, usar correa larga y dejar que el bicho olfatee. ¿Esa es la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad? No, evidentemente, pero aunque sea una imagen básica de las necesidades de un perro, muchos perros no cuentan ni con estos mínimos durante sus paseos.
Tenemos perros que pasean obligados a ir a tu lado, entre constantes tirones, con un perenne «no» encima de sus cabezas y sin cubrir sus necesidades más básicas, así que hoy, en formato resumido, te voy a explicar por qué esos cuatro puntos son una gran idea si no sabes qué necesita tu perro durante el paseo. En 5 minutos, valoramos esas green flags de las que hablaba la tuitera, ¿de acuerdo? ¿Y por qué este post, en este blog? En redes, cada día hay contenido útil y vale la pena ayudar a su difusión. Para hablar con detalle, en Dog Ventura.
Arnés ergonómico y adaptado a su fisiología
El uso de arnés o collar no tiene mucho misterio. Aunque todavía muchos guías caninos utilizamos collares (por utilidad, por asegurar un manejo correcto y por convivir con perros que no tiran), el arnés es una herramienta más cómoda, segura y se adapta mejor al cuerpo del perro. El cuello, en cambio, es una zona sensible, y el uso de collares puede causar lesiones de diferente gravedad.
Tipos de arneses hay muchos también, y el de la imagen del tuit es un Dog Copenhagen, una de las mejores marcas de arneses a las que puede optar tu perro. Otras marcas de calidad son Haqihana o Flagline (que conste que no me paga nadie un duro, ni me regala un arnés: por desgracia… :-P). ¿Por qué? Ergonomía (se adapta a las mil maravillas al perro), agarre frontal y trasero y materiales de calidad. Por desgracia, con los arneses también podemos liarla: sobre todo, si creemos que son herramientas mágicas para enseñar a pasear al perro o buscamos arneses que ‘corrijan’ conductas o dificulten el movimiento, poniendo en riesgo a nuestro perro.
4 cositas que, para mí, son green flags cuando veo gente paseando con sus perros pic.twitter.com/xB1aIX6ICZ
— ⚔️Skyripa ⚔️ (@ronarru) September 15, 2022
¡Premia a tu perro, por favor…!
Siempre hay buenas conductas que premiar durante el paseo. Cuando estoy trabajando con cualquier cliente y me dice: «¿Y si no llevamos premios encima?» Siempre contesto lo mismo: «Es que debéis salir a pasear siempre con premios y ¡de varios tipos!». Es cierto que, si no estamos haciendo una modificación de conducta o enseñando una obediencia, puede parecer que no hay cosas que premiar, pero hay un montón de cosas que tu perro hace bien y que, cuanto más premies, más hará, como seguirte durante el paseo o estar atento a ti.
Tenemos en mente que los perros «tienen que hacernos caso» porque son de la familia (¿no te suena muy old school/reniego-de-la-psicología-moderna?: ¡que sois hermanos!, ¡que soy tu padre!, etc.), pero nos olvidamos que, incluso en humanos, es importante cuidar el vínculo y reforzar las conductas: lo hacemos con los niños, lo mismo toca con los animales. Por descontado, eso no significa llevar al perro siempre con un frankfurt delante de la cabeza y hacer el típico ‘juego’ del burro y la zanahoria. Premiar conductas debe ser un refuerzo de las pautas educativas o de las habilidades en las que queremos «hacer diestro» (adiestrar) a nuestro perro, pero no una forma de evitar que entre en contacto con el mundo que le rodea.
Correa corta vs. correa larga
Cada dos por tres, tengo consultas sobre esto. Hace poco, escribí un artículo sobre mi punto de vista. Como resumen, una correa es un elemento antinatural para el perro (pero necesario). Con una correa larga, limitamos la frustración y minimizamos la posibilidad de errores, por lo que es una buena idea para enseñar a la mayoría de los perros a pasear. Una correa corta es necesaria en entornos urbanos y ciudades, pero en el bosque o la montaña, la correa larga es la mejor opción. Con varios metros de correa, el perro tendrá mayor libertad de movimiento para oler, correr e interactuar.
Eso sí, pasear sin tirones tiene poco que ver con el largo de la correa; y también nada de correas flexi, que las carga el Diablo. Te lo explico aquí.
OL-FA-TE-AR: ¡deja oler a tu perro!
Nos equivocamos por duplicado en este punto. Por un lado, creemos que salir a la calle se traduce en pasear y que el perro nos acompañe. No es así: pasear al perro es acompañar al perro a realizar su paseo o, por lo menos, crear un paseo cooperativo en el que los dos disfrutamos de la experiencia.
- ¿Sabías que los perros, en estado natural, se mueven en zigzag?
- ¿Sabías que los perros olisquean como la forma principal de conocer su entorno y los cambios en este?
- ¿Sabías que… un perro a tu lado, a pocos centímetros de tu pierna, no está paseando? (A menudo, está trabajando.)
Un perro que puede olfatear durante el paseo, será un perro mucho más equilibrado en su día a día. Pero ¿cuántos perros pueden olfatear tranquilamente y cuántos reciben tirones y «noes» cada vez que se paran y plantan el hocico contra el suelo? Por supuesto, pueden darse situaciones naturales que no nos gustan (¡ojo!, naturales, o sea, normales: lamer pis, oler cacas, forrajear…) y otras que pueden resultar problemáticas. En cualquier caso, con una buena higiene ambiental (o sea, no dejes que tu bicho se acerque a una tubería o una bolsa de basura) y, si fuera necesario, trabajando con un etólogo clínico o un educador canino, todo debería solucionarse sin demasiados problemas.
En resumen, buenas ideas que, poco a poco, se están normalizando y que llegan a mucha gente. No se me ocurre ninguna ‘redflag’ para este tipo de contenido; por desgracia, todavía siguen siendo más constantes las búsquedas del «qué hacer si mi perro…» o «cómo corregir…» que aquellas que se interesan por lo que necesitan y cómo podemos enriquecer su día a día. Una de las respuestas al tuit, me gustó mucho. Decía: «No pillo la cuarta: ¿llevar perro al paseo de perro?», pero es justo eso: dejar al perro ser perro.
Poco a poco, y a paso firme.
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