Hay una máxima que dice: hazlo y, si te da miedo, hazlo con miedo. En Internet, se vive un poco así. A veces, nos da miedo exponernos; otras, priorizarnos. Está el añadido de que, a menudo, no sabemos por dónde van los tiros, porque no siempre es cuestión de hacer: puede que lo que dé miedo sea hacer por hacer. Sobre esto último, todos estamos a punto de pifiarla cada diez minutos.

A mí, por ejemplo, tanto en proyectos anteriores como en este y en Dog Ventura, me da cosilla repartir los huevos entre demasiadas cestas. Eso de unas horitas a TikTok, otras tantas a Instagram, y, bueno, a Facebook no, que ya estiró la pata… pues no es lo mío. Lo admito. Como contrapartida, tampoco te puedes limitar a pulular entre medios propios cuya proyección es hoy tan limitada, como este mismo blog (y cualquier blog). Hombres (y mujeres) más listos que yo lo han dicho: fiarnos de las plataformas es un suicidio profesional.

Con esta idea en mente, toca ser valiente. Entender que multicanal no es multitodo: que, bien asesorado, puedes crear material para un blog, un podcast y YouTube, por ejemplo, pero no para todo. Siempre hay gurús, que te van a decir que segmentes, y que reutilices, y que te hagas un Julio César (divide et impera), pero si tengo algo claro es que no hay fórmulas mágicas, ni universales. También que lo que sirve a gente con seis ceros en la cuenta, no vale para los del autoempleo, y un poco más

Como contrapartida, que algo funcione, no significa que siempre lo vaya a hacer. Para muestra, te explico mi caso. Este 2022, me he topado con un techo. Traduzco: si quiero seguir creciendo en mi empleo actual, o subo precios, o creo nuevos servicios, o busco ingresos pasivos. Así que, con un par de buenas razones detrás, he empezado a ver qué da hoy, qué no da hoy, qué es seguro y qué no lo es. No para encerrarme en el área (lo que da, y lo que es seguro), sino para encontrar buenas razones para arriesgar con cabeza (lo que no da hoy, lo que no es seguro). Por ahora, se traduce en mucha menos dedicación a mis blogs, y el Instagram, y un incremento muy notable en un viejo amigo que me ha esperado paciente: YouTube.

Voy a convertir estas ideas en una brújula para este 2023 que se acerca, y luego os cuento.

J.

P.S.: No es una promoción encubierta de mi canal de YouTube, pero podéis cotillearlo, y suscribiros.