Se vienen curvas con esto de ChatGPT. Todo quisqui está hablando de lo que supondrá el auge de las IAs y no puedo dejar de relacionarlo con un artículo de Joaquín Fontanet sobre la postverdad. Para no aburrirte, te lo resumo: ya no hay una verdad, sino infinitas, y eso deja a las personas huérfanas de identidad y con trabajo extra para saber qué hay detrás de cada idea, proyecto y hasta sociedad. Me atrevo a decir que algo así está pasando con las inteligencias artificiales.

ChatGPT y los contenidos

Han llegado Dall-E y ChatGPT y le han pegado un meneo a las expectativas de los trabajos basura, que muchos ya venían avisando. Al resto les ha cogido un tembleque, uno guapo. Quizá la creatividad, permanezca a salvo un tiempo todavía, pero no mucho. Lo explica Calvo con Barba, y lo hace mejor que yo (ahí te lo dejo enlazado). Para fastidiar un poco, yo copio el resumen de su texto que hizo la IA, y no lo que dice él:

Las inteligencias artificiales están cambiando la forma en que interactuamos con la información, ya que ahora cualquiera puede generar contenido mediocre sin esfuerzo. Esto significa que las barreras para crear contenido se han venido abajo, lo que plantea preguntas sobre el sentido de los buscadores y el consumo de redes. 

Hoy, esta mañana, las IAs no se van a cargar el contenido de redes sociales, de YouTube o de los blogs, pero se lo van a cargar. Quizá peco de soberbio, pero dudo que mi trabajo en prensa, en medios o para las marcas para las que trabajo dependa de ChatGPT ahora mismo. ¿En el futuro? Ahí, ya no sé decirte. Como primer paso, quizá me toque saltar de redactar a revisar y editar contenido (o curar, que siempre me ha parecido un calco feísimo). ¿Se pondrá la cosa todavía más fea? No lo sé, pero entonces ya tenemos que saltar a debates sobre el trabajo, la renta básica universal y otros berenjenales en los que yo no me voy a meter en este blog.

Mucho, mucho ruido; tanto, tanto ruido…

Sin embargo, toca repensar cómo vamos a competir para diferenciarnos en Internet con inteligencias artificiales que empiezan a crear muchísimo más contenido, que dispondrán de muchas más opciones de edición a menor inversión y que es previsible que (con nuestra ayuda, ¡ojo!) generen muchísimo ruido. ¿Tiene sentido dedicar tiempo y dinero a seguir creciendo en Internet? ¿Vamos, de cabeza, hacia el fin de la democracia en la red? ¿Te parece que se me está yendo la olla? No lo tengo tan claro, por desgracia.

En cualquier caso, paso de alarmismos. Tú haz lo que quieras. Tropezando ya con el 2023, lo que sí que he rebuscado son algunas respuestas (en mi cabeza, y sobre todo fuera) que a mí me sirven: paso de dedicar tiempo en redes que no me permitan conducir a la gente hacia mi casa (mi web, mi blog, mi negocio); paso de anteponer cualquier otra cosa al boca-oreja en mi trabajo como educador canino (en el que depende de Internet, hay que replantear: poco a poco); pero, sobre todo, me niego a mirar hacia otro lado.

Es momento de romperse el coco, de pensar qué hacemos y de ser creativos. De esto, depende tu valor diferencial y, lo que es más importante, depende tu prestigio como profesional. Seas copy, educador canino, editor de vídeo, o lo que seas. Esto toca muchos palos.

PD: Ahí el resumen que ha hecho ChatGPT en 15 segundos, no lo he modificado:

El texto habla sobre el auge de las inteligencias artificiales (IAs) y cómo esto está afectando a los trabajos y la forma en que interactuamos con la información. Menciona a Dall-E y ChatGPT como ejemplos de IAs que han cambiado las expectativas de los trabajos y plantean preguntas sobre el sentido de los buscadores y el consumo de redes. El autor menciona que es posible que en el futuro tenga que pasar de redactar a revisar y editar contenido, y plantea preguntas sobre cómo competir en Internet con IAs que están creando más contenido y generando más ruido. Finalmente, el autor menciona que no quiere dedicar tiempo en redes que no le permiten dirigir a la gente hacia su negocio y que prefiere el boca a boca en su trabajo como educador canino.